viernes, 5 de febrero de 2010

PINOT NOIR

Es la variedad tinta clásica de los vinos de Borgoña. Se trata de una variedad de difícil cultivo. Su mosto es de muy difícil fermentación y no es fácil que se transforme en vino y madure hasta la edad adecuada, pero cuando funciona, no existe una uva como la Pinot Noir.

En Borgoña es donde ha tenido más éxito y se la planta en toda la región excepto el Beaujolais.

La Côte d'Or es su tierra natal, aunque también se cultiva en Yonne y una considerable cantidad en el Maçonnais y el Chalonnais.


Es una cepa muy antigua con tendencia a la mutación, que a lo largo de siglos ha desarrollado muchas diferentes variaciones sutiles, llamadas clones.

Estos clones pueden presentar diferentes rendimientos, diferentes tiempos de maduración, diferentes resistencias a las enfermedades, diferentes aromas y diferentes potenciales calidades. La elección de los clones no es un tema menor cuando se produce Pinot Noir.

Brota muy pronto y es de maduración temprana, su productividad es variable y es propensa a la podredumbre.

Por todas estos motivos no es una tarea fácil cultivarla y elaborar vinos con ella, pero cuando la cultiva un experto en uno de los mejores emplazamientos de Borgoña. Se puede conseguir la combinación más sorprendente entre aroma y suculencia y entre lo salvaje y lo encantador.

Los clásicos Pinot Noir de Borgoña poseen aromas de frutos rojos (cerezas, frutillas, frambuesa) en su juventud, que evolucionan a notas vegetales y especiadas, con aromas de carne de caza a medida que el vino madura. Los niveles de tanlnos y de acidez varían de acuerdo al viñedo, al productor y a la cosecha, pero los taninos raramente son demasiado astringentes, y los vinos son en general bastante encorpados, debido a la madurez natural de las frutas o a la chaptalización.

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